sábado, 19 de junio de 2010

Que difícil se hace lo fácil…

En las grandes mentes se solucionan a cada momento pequeñas cuestiones. Pueden estar meses con una misma cuestión que no comprenderíamos ni con años de estudio, pero al igual que nosotros deben lidiar con el: ¿Qué como? ¿Qué me pongo? ¿Se habrá cabreado? ¿Qué camino escojo? Si señores y señoras, pensamos en gran parte como una gran mente.

Dejando comparaciones imposibles (al menos por mi parte), está claro que hacemos lo fácil, algo increíblemente difícil. Cualquier pequeña cuestión lo elevamos a un Estado de Emergencia general, solemos darle más importancia de la que tiene, generamos más problemas de los necesarios y nunca, NUNCA quedamos satisfechos con el resultado.

Señoras y señores, las grandes mentes, son grandes porque le dan la importancia justa a cada cuestión. Dan poca importancia a las decisiones cotidianas que a nosotros nos demoran días de preparación psicológica, sólo para afrontar tales cuestiones.

¿Por qué hacemos tan difícil lo fácil?

Creo que el simple aburrimiento, la vida cotidiana y sobretodo nuestro sentimiento de vacío interno, nos hace derivar grandes y complejas cuestiones, de un simple ¿Qué comemos hoy?

“La justa medida siempre es la mitad de la mitad, de la mitad de lo que creemos”

martes, 1 de junio de 2010

Alrededor…

Miro mi entorno y no puedo más que sonreír, todo es enorme, todos son enormes. Me rodeo de gente interesante, que no dudan en perseguir sus grandes sueño, sus grandes metas. Son conscientes del esfuerzo que supone seguir adelante y no tienen miedo.

Y es que yo tengo miedo de no llegar a ser como ellos, de quedarme apostado a un lado del camino viendo como todos se alejan. Yo que podría ser el que más sueños tiene que cumplir, el que más ambiciones tiene, sigo sin la determinación suficiente para llevarlos a cabo.

Pero, vuelvo a darantorchas gracias, porque al mirar a mi alrededor tengo ejemplos a seguir, por unos motivos u otros, todos tienen algo que yo busco, algo que necesito aprender. Todos son guías en un paraje desconocido, luces que disipan la oscuridad y me muestran el camino, ellos no temen dar un paso adelante y con ello desaparecen mis dudas, mis obstáculos, mi propio miedo.

Me atrevo a decir que estoy muy por detrás en estos momentos, en actitud, en voluntad, en determinación… pero no me faltan ganas de alcanzarlos.

“Tu camino es solo tuyo, tu debes elegirlo, tu debes recorrerlo…”

martes, 4 de mayo de 2010

Inconsciente…

Atutoriado en mis pensamientos pido permiso para divagar... sin sentido, sin objetivo final...

Simplemente me pierdo en lo absurdo de mi mente, intentando buscar lo imposible, intentando entenderme, a mi, a mis motivaciones y a mis metas.

Pero no encuentro sentidos a esas efímeras ideas que surgen como por arte de magia. Lo se, dejo demasiado mi mente elocuente suelta, creando destrozos que luego mi raciocinio debe recoger, pero si no lo hiciera quizás no fuera ese desconocido ser que se busca a si mismo en el recoveco más oscuro de su inconsciente…

“Solo conozco un poco de mi, un poco de ti y un poco de este inmenso mundo … y sin embargo sigo sin saber quién soy, quién eres y en dónde estoy”

domingo, 18 de abril de 2010

Tiempo…

El tiempo es el bien más preciado, porque es el bien más escaso. Todos queremos tener más tiempo para pasarlo con los amigos, para celebrar con la familia y por supuesto para estudiar ese examen tan difícil…

Cuántos domingos nos habremos tirado en el sofá con esas maravillosas películas y vemos como pasa el día tan lentamente que hasta te da más cansancio del que ya tenías acumulado. Acumulado de una semana a contrarreloj donde no ves lugar en el horario donde poder hacerlo todo, estudiarlo todo y mucho menos estar con todos tus amigos… te falta precisamente ese dichoso tiempo.

Pero ¿falta tiempo o no sabemos aprovecharlo? en mi caso es lo último, tengo poca organización y demasiadas cosas que quiero hacer. Al final me saturo y me quedo sin hacer nada, mirando el horizonte con vista perdida. Acabo lamentándome por un fin de semana perdido, por una semana desaprovechada y por un curso desastroso… maldito tiempo!!!

Sin embargo ves personas que hacen de todo y siempre le sobra para algo más… y los demás desde fuera intentamos ver cómo es posible, hasta empiezas a mirar con ojos de sospecha por ver si lleva algún aparato extraño que le hace pasar el tiempo más lento, y la paranoia asciende hasta meter a EEUU en el complot y rodeando tu cuarto con papel de plata.

Según creo simplemente no desaprovechan un ápice de su tiempo, no se quedan mirando el horizonte si no es para pensar, son organizados y metódicos. Son reyes o reinas del tiempo.

“Y es que hay tiempo para todo menos para perderlo, pues ese tiempo… nunca se recupera”

miércoles, 10 de marzo de 2010

¿Monotonía o diversidad?

A la hora de pensar, que hoy en día parece estar sobrevalorado, infinidad de gente prefiere una vida sin sobresaltos, un trabajo tranquilo, un sueldo estable (quién no quiere esto…más hoy día con la dichosa crisis), una familia (muchos con un niño y una niña), una esposa normal… amigos con los que quedar de vez en cuando para cenar… MONOTONÍA.

Quieren una vida monótona, repetitiva, sin sobresaltos… y he de confesar que yo firmaría, aun pendiente de que me depara el futuro, en este momento.

Por otro lado están los bohemios, los inconformistas o los charlatanes, que se quejan de las personas que se comportan como un “robot”. Prefieren las grandes sorpresas, no organizan nada, todo surge. Son en apariencia los más felices, los mas soñadores y los más vividores.

El problema es que este mundo, no está hecho para el hombre. Debemos trabajar, preocuparnos y pensar en el futuro, pues si no éste nos atrapará y no habrá vuelta atrás. Y todos conocemos estos miles de ejemplos de personas soñadoras y felices, que ahora el tiempo se puso en su contra y ya no vemos esa felicidad. ¿debemos ser cautos, previsores o podemos ser simplemente despreocupados?

Yo no soy quien para contestar esta pregunta, pues soy la persona con el futuro menos cierto de los que puedan llegar a leer esta pequeña reflexión, pero creo que ni una cosa ni la otra.

La monotonía nos ahoga, nos hace ser quienes no queremos, conformistas con lo que nos dan, y eso nunca es bueno, siempre tenemos que exigirnos más. Ser dinámicos, es como una utopía, seres libres de ataduras, felices (¿quién no quiere conseguirla?), despreocupados que no ven los problemas llegar. Esta bien tener su época de libertad, pero como he dicho, debemos conseguirnos una vida, un sitio en esta sociedad, la cual no voy a entrar a juzgar pues es motivo de varias actualizaciones futuras.

Porque, y es mucho pedir al joven estudiante, no asegurarse un futuro y luego pensar en los demás caminos que este nos ofrece, tener una vida, una familia, un buen trabajo… debemos luchar por ello para después, pues seguramente no tendremos una gran herencia, poder ser dinámico, hacer lo que “queramos”. Pintar, escribir, esculpir, saltar en paracaídas, montañismo… todo es posible si sabemos “montárnoslo” bien.

El problema de la sociedad radica en que no pensamos en que nos pasa, nos da miedo, preferimos fijarnos en los demás, preferimos poner las neuronas en standby y cuando ya ha pasado, miramos atrás…

jueves, 25 de febrero de 2010

Quejas, sobre las quejas…

Nos quejamos de todo, desde que la sopa esta fría hasta que el país va a entrar en quiebra. Unas fundamentadas por nuestra propia, y desbordante, imaginación, otras simplemente por afán instigador de los que nos rodean, con lo fácil que son las palabras amables, o un simple gracias…

Yo me uno al saco, muchas veces me veo quejándome de cosas sin importancia, de actuaciones normales, de formas de ser simplemente… humanas de las cuales no podemos pedir ni más ni menos.

Y esque somos cínicos por naturaleza, nos encanta quitar méritos a la persona que se ha ganado su puesto, nos quejamos de lo que ganan los médicos…seis años de carrera más entre 3 y 5 de especialidad, no sin antes pasar por el examen de oposición más difícil, según dicen, junto a notaria, creo que esto no necesita ser comentado este tipo de quejas puesto que ¡joder! son mínimo 9 años estudiando como un cabrón. Ya he nombrado al notario, según la gente común: “dícese de la persona que apenas pisa su oficina y por firmar gana una pasta gansa.” Joder ya quisiera yo…y todos.

Y ese es el problema, envidia, y aunque suene como un niño chico, es envidia pura y dura. Nos jode lo “fácil” que es ganar dinero para algunos, mientras otros no tienen nada.

¿Por qué no se nos ocurre pensar, que a esa gente no le han regalado nada? ¿Qué se han currado o bien una carrera, o unas oposiciones? Es más, al enchufao de la oficina, se le odia más que a nadie (quitando a los árbitros). Veamos un caso práctico sobre la última situación.

Si a nosotros nos dicen: “oye primo, vente conmigo que tengo un puesto en el que vas a cobrar 3000 euros netos y ademas con coche de empresa

yo claramente contestaría: “no hombre, que el resto de la gente o estudia mucho para conseguir un buen puesto, o no estudian y se tiran toda su vida currando como mulas… y como no valgo para estudiar, estaré en un puesto de mierda hasta que me echen y encuentre otro puesto peor y así que mi familia apenas pueda llegar a fin de mes…”

En fin, y aunque no este muy inspirado, creo que queda reflejado mi enfado ante los desprecios a algunas profesiones. Que como en todo, algunos se lo merecen, la gran mayoría no. Que las envidias y quejarnos puede que ayuden, nos pueden desestresar, pero debemos de saber que es envidia lo que nos motiva, no supuestas injusticias en la sociedad…

Seamos conscientes de lo que se es, no de lo que sería, ni de lo que fue.

lunes, 8 de febrero de 2010

Cuento…

[Ayer, y como siempre, me encontraba sentado en el bosque de la desesperación, como comprenderéis no estaba muy tranquilo, y día tras día esperaba que algo sucediera. Fue entonces, cuando ya estaba harto de esperar, que algo ocurrió, me encontré con un hada. Era preciosa, alas brillantes, de unos 30 cm de altura, vestida de verde intenso, lo cual contrastaba de maravilla con su piel plateada…

Yo inocentemente le pregunte el nombre, alegre por ver a alguien después de tantísimo tiempo solo y mermado por el ruido incesante del bosque. “Esperanza” me contestó, a lo cual yo miré atónito, pues no esperaba tal encuentro y solté una gran carcajada, que hizo silenciar al tenebroso bosque, una carcajada nerviosa, que guardaba rencor.

-Esperanza, por fin te encuentro… y sí, llevo esperándote incesantemente durante años, llevo perdido en mi desde hace décadas, siempre esperando que llegaras, que me mostraras el camino para salir de este oscuro bosque – me levante cabreado mientras el hada me miraba desconcertada – siempre quise salir, ver el sol, a mis amigos, a mi familia… siempre desee tener un gran trabajo, coche y una magnifica casa… pero aquí me tienes perdido en este maldito bosque – en ese momento el hada se sentó en una rama cercana, a la altura de mi cabeza, contemplándome interesada- vi pasar cientos de persona, mirándome con aires de superioridad mientras estaba esperándote, aguanté burlas, insultos, incluso empujones de quien quería que me fuera de aquí – en ese momento rompí a llorar – mi familia me dejó atrás, enfadada cansada de esperar, y lo mismo con mis amigos que no aguantaron el miedo que da este bosque y decidieron alejarse, sin poder comprenderme porque esperaba… ¿por qué no apareciste?

El hada me miró apenada, se levantó y se acercó a donde me encontraba con las manos tapando mis lagrimas…

- Eres el primero que encuentro tan “desesperanzado” – paró de hablar hasta que quité mis manos de mi rostro – pero solo soy un hada a los que sus dichosos padres no supieron llamar de otra forma, por lo tanto no se de lo que me estas hablando. Te diré claramente que no creo que exista la esperanza como tu la buscas y si existe no creo que venga a este lugar, ¿a quién se le ocurre esperarla en un sitio que da tanto grima?

<<Segundo pero no menos importante, si vas en dirección norte, a dos metros después de esa arboleda de enfrente se termina la inquietud y la oscuridad de este bosque y parece ser que hay mucha gente esperando a alguien allí, alguien llamado… “Inseguridad”. Se les ve tristes así que quise echar un vistazo a ver que esperaban y me encontré contigo.>>

Miré asombrado al hada, pues aunque no era lo que yo esperaba, me hizo comprender que había perdido el tiempo en ese lugar, que me rendí sin intentarlo, que a dos metros tenia todo lo que deseaba. Comprendí que lo que uno quiere, a uno le cuesta y que quedarse sentado, que inutilidad, cuanto tiempo he perdido lamentándome, cuanto tiempo he perdido sin disfrutar de los demás y lo que es peor aun… ¿cuanto tiempo habré hecho perder a los demás preocupándose por mi?

Aprendí que uno nunca debe esperar, ni hacer esperar. Lo que quieras consíguelo, lo que desees… gánatelo y que lo que quieres debes protegerlo y mantenerlo cerca. No seas infeliz por culpa de otros, no esperes que nadie te resuelva lo que tu no puedes resolver, piensa que aunque lo creas… nunca estas solo]

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Siempre debemos meditar sobre algo, pero nunca esperar que se solucione solo, ni mucho menos darlo por perdido, pues como al personaje de este, mi primer cuento (por cierto releído… que cuento más soso) puedes quedarte a un paso de conseguir lo que querías. Quise hacer algo totalmente diferente, pero surgió esto y no quise, a pesar de que como cuento da pena,cambiarlo, ya que reflejaba algo que todos debemos tener en cuenta en el día a día.

Espero no haberos aburrido demasiado. Un abrazo.

No olvidéis evitar lo inevitable…

miércoles, 3 de febrero de 2010

Desde el principio… otra vez

 

cielo-azzurro

Infinidad de veces lo he intentado… y es que tumbado desde el suelo miro al cielo de posibilidades que se me presenta y pienso, “esta es la mía”. Me siento y seguro de esas posibilidades pongo el peso de mi cuerpo sobre mis rodillas y me levanto. “esta es la mía” me repito mentalmente intentando convencerme, valga la redundancia, a mi mismo. Pero incluso con el entusiasmo y las fuerzas revividas que me embargan, al dar el segundo paso, a veces llegando al tercero, vuelvo a tropezar, o más bien a caerme.

Aunque soy yo mismo quien pone el obstáculo que me hace caer, el que pierde la emoción y las ganas conforme esta dando el segundo paso, simplemente yo soy el que no me deja alcanzar las pretensiones de mi ego…

Paralelo nuevamente en el suelo, recordando, siempre encuentro lo mismo: el interés, las ganas y la motivación para superarme a mi mismo… pero en pocos momentos, por no decir ninguno, consigo hacerlos realidad. Se que mis esfuerzos van a ser en vano, pero me ilusiono cual fumador que decide fumarse un último cigarro, sabiendo que dichos pensamientos se disiparán tan pronto lo haga la nicotina de su cuerpo.

Ahora bien, este no es un mensaje pesimista (¿Lo parece?), si no otra de las miles de declaraciones de intenciones, pero esta vez, además, con algo de confianza pues he de reconocer que las caídas duelen cada vez más, igual que cada vez cuesta más levantarse. El ánimo inicial es menor, las ganas de superación se racionalizan y se empiezan a conformar con lo que ven, el cielo.

Tumbado se ve ese cielo perfectamente, ¿para que querer alcanzarlo si las vistas son maravillosas? aunque al ver pasar las nubes… te preguntas que se sentirá al llegar al cielo y es cuando la envidia te corroe… ¿por qué yo no puedo llegar? ¿por qué no puedo sentir lo mismo que esas nubes?

Este es mi penúltimo intento de conseguir el cielo, ese cielo que alberga mis deseos, mis metas, y es que algo ha cambiado, tengo esperanzas en el 23, un número especial, algo que siempre esperé…

“resignarse no es más que  morir en vida, ¿acaso el levantarse de una caída no es un signo de plena vitalidad?