jueves, 25 de febrero de 2010

Quejas, sobre las quejas…

Nos quejamos de todo, desde que la sopa esta fría hasta que el país va a entrar en quiebra. Unas fundamentadas por nuestra propia, y desbordante, imaginación, otras simplemente por afán instigador de los que nos rodean, con lo fácil que son las palabras amables, o un simple gracias…

Yo me uno al saco, muchas veces me veo quejándome de cosas sin importancia, de actuaciones normales, de formas de ser simplemente… humanas de las cuales no podemos pedir ni más ni menos.

Y esque somos cínicos por naturaleza, nos encanta quitar méritos a la persona que se ha ganado su puesto, nos quejamos de lo que ganan los médicos…seis años de carrera más entre 3 y 5 de especialidad, no sin antes pasar por el examen de oposición más difícil, según dicen, junto a notaria, creo que esto no necesita ser comentado este tipo de quejas puesto que ¡joder! son mínimo 9 años estudiando como un cabrón. Ya he nombrado al notario, según la gente común: “dícese de la persona que apenas pisa su oficina y por firmar gana una pasta gansa.” Joder ya quisiera yo…y todos.

Y ese es el problema, envidia, y aunque suene como un niño chico, es envidia pura y dura. Nos jode lo “fácil” que es ganar dinero para algunos, mientras otros no tienen nada.

¿Por qué no se nos ocurre pensar, que a esa gente no le han regalado nada? ¿Qué se han currado o bien una carrera, o unas oposiciones? Es más, al enchufao de la oficina, se le odia más que a nadie (quitando a los árbitros). Veamos un caso práctico sobre la última situación.

Si a nosotros nos dicen: “oye primo, vente conmigo que tengo un puesto en el que vas a cobrar 3000 euros netos y ademas con coche de empresa

yo claramente contestaría: “no hombre, que el resto de la gente o estudia mucho para conseguir un buen puesto, o no estudian y se tiran toda su vida currando como mulas… y como no valgo para estudiar, estaré en un puesto de mierda hasta que me echen y encuentre otro puesto peor y así que mi familia apenas pueda llegar a fin de mes…”

En fin, y aunque no este muy inspirado, creo que queda reflejado mi enfado ante los desprecios a algunas profesiones. Que como en todo, algunos se lo merecen, la gran mayoría no. Que las envidias y quejarnos puede que ayuden, nos pueden desestresar, pero debemos de saber que es envidia lo que nos motiva, no supuestas injusticias en la sociedad…

Seamos conscientes de lo que se es, no de lo que sería, ni de lo que fue.

1 comentario:

Fran Rojas dijo...

Siento el vocabulario, me dejé llevar un poco. Además cuando lo escribí estaba algo cansado, y me dió pereza releerlo. Hoy lo he hecho y creo que aun con dicho vocabulario y alguna falta de seguimiento lineal del tema (quería decir mucho en tan poco), queda bastante bien reflejado mi queja, mi reclamo. Al menos, y aun sin que nadie lo lea, me sirvió para desahogarme.
Gracias si alguno lee esto. E invito a comentar vuestro punto de vista.