lunes, 21 de septiembre de 2009

Mentiras...

Mentiras… son simplemente la falta de la verdad, matizar lo sucedido o reescribir los acontecimientos a la hora de contarlo… todo ello, innato al ser humano, pues fingimos ser quien no somos, mentimos para nuestro bien personal, vemos necesario mentir y casi siempre, por puro egoísmo.

Mentiras son las piadosas, pequeños cambios de realidad que no hacen un daño aparente. Piadosas son cuando lo hacemos, en principio, por el bien de alguien que nos rodea, para hacerles aceptar, más fácil, ciertas situaciones. Aunque una vez más, lo hacemos para evitar tener que molestarnos en explicar algo más complejo, evitarnos, al fin y al cabo, molestarnos, evitamos el gran problema que supone a veces la verdad.

El resto de mentiras, simplemente son por puro egoísmo, por beneficio propio pudiendo mentir por estudios, por amistad, por vergüenza en el mayor de los casos, por amor, y a menudo mentimos por ser solamente lo que somos, o por no ser quien queremos ser…

Y es que nos asusta tanto, a veces, la vida, lo que somos, en lo que nos convertiremos, que mentimos por no cambiar. El miedo al cambio es racional, lo desconocido nos atrapa y nos encierra en un manto de oscuridad e imprecisión. No nos deja ver, por eso nosotros, en muchas ocasiones, preferimos decir que vemos, CREERNOS que vemos, en vez de destaparnos y enfrentarnos a la insegura realidad.

También mentimos por encajar en una sociedad, a mi parecer en deterioro, que se basa en las apariencias, en los comportamientos fingidos por no decir falsos, se caracteriza por el poder de obtener más que otros y acabamos por comportarnos como no somos, solo por caer bien, sin darnos cuenta que ese comportamiento nos hace infelices, nos frustra no poder hacer y decir lo que queremos.

Somos nosotros al fin y al cabo los que nos autoconvencermos de que todo va e irá bien, de que todo va a salir como queremos, de que somos buenos y siempre hacemos lo correcto, que llevamos razón y el resto de la humanidad no lo entiende, de que nunca hacemos daño a nadie, y si lo hacemos se lo merecía, o fue otro, que el tiempo no pasa y que las mentiras se convierte en realidad para dejar de preocuparnos… de eso mismo de nuestras mentiras. Nos olvidamos que el tiempo invertido en mentir, es un tiempo que nos ausentamos de la realidad, es un tiempo que perdemos fingiendo.

“Solo la mentira nos libra de la cruda realidad, a la vez que nos encadena al miedo y a la incertidumbre…”

No hay comentarios: